La llegada de Donald Trump a la Casa Blanca produjo una acelerada carrera por quien ocupe o recupere más territorio. La fuerte avanzada rusa en los últimos días, desmorona las ciudades (o mejor dicho, fortalezas) ucranianas y le brindará a Rusia una mejor posición a la hora de intentar negociar la paz que quiere solucionar el nuevo magnate norteamericano.
Como se mencionó anteriormente, la administración demócrata permitió a Ucrania utilizar misiles “ATACMS” considerados “de largo alcance” dentro del territorio ruso. Moscú acusó a Biden de estar haciendo todo lo posible por complejizar aún más el acuerdo que buscará negociar Trump.
La estrategia trumpista de “terminar la guerra en 24 horas”, consistiría de un informe llamado “Estados Unidos primero, Rusia y Ucrania después”. A través de condicionar y limitar el suministro de armas a Kiev, el republicano obligaría a Zelensky a tener que sentarse a negociar con Rusia. La cuestión es si Putin realmente quisiese negociar. Si aprovechará la retirada de apoyo norteamericana para continuar con el lento sangrado ucraniano, o si terminará sentándose en la mesa. Probablemente, la propuesta de Trump sea que Ucrania pierda los territorios ocupados, fortaleciendo así la posición rusa en Europa.
La UE está pasando por un revuelo interno desde las elecciones norteamericanas. El presidente francés Emmanuel Macron impulsa una nueva geopolítica europea de “Autonomía Estratégica” europea, en relación con el ámbito de la defensa, seguridad, desarrollo militar industrial, clima, inmigración y energía. De esta manera, los 27 Estados europeos podrían llevar a cabo sus propias decisiones en muchas áreas más, sin depender de Estados Unidos.
Operativamente hablando, los europeos deberían incrementar la cantidad de fondos dedicados al gasto militar, para tener la posibilidad de nuevamente disponer de una industria militar de escala, que produzca suficiente cantidad de equipamiento y municiones para resistir la Guerra de Ucrania.
Sin embargo, no existe un consenso sobre el abstracto concepto “autonomía estratégica” ni en cómo llevarla a cabo dentro de la Unión. Las necesidades y recursos entre los miembros son asimétricos, e incluso la relativa desconfianza entre ellos. Por ejemplo, la “autonomía estratégica” francesa se inspira en el Libro Blanco de Defensa Francés de 1994, por lo que a Alemania le genera una sospecha sobre cuáles serían las consecuencias del inicio de este proceso.
Por otro lado, los medios franceses indicaron que el presidente de Francia y el Primer Ministro británico Starmer piensan en enviar sus propias tropas a Ucrania, debido a la veloz caída del frente ucraniano en el Oblast de Donetsk. Aún no se sabe si al frente o como reservas, con el objetivo de liberar así mayor cantidad de soldados ucranianos.
Esta acción sin duda alguna escalaría el conflicto a un nivel continental. Ante la real posibilidad del incremento de la guerra, Alemania analiza la posibilidad de utilizar estaciones de subterráneo como refugios.
Putin ha firmado un decreto indicando la autorización del uso de armas nucleares para responder a cualquier ataque convencional que amenace la soberanía rusa. Esto quiere decir que Putin abrió las puertas a un conflicto de escala nuclear.
Sin embargo, es poco estratégico utilizar armamento nuclear contra los que Putin consideraría como “población rusa”. La estrategia geopolítica rusa ha sido de influir política y económicamente en las naciones con población rusoparlante o de “sangre rusa”. Por ejemplo, los Estados de Asia Central poseen un porcentaje importante de rusos en la participación demográfica. Ucrania es considerada por Putin como parte integral de la historia y cultura rusa.
Por lo tanto, sería un tiro en el pie. Iría contra el ideólogo de “proteger a la civilización rusa” por el hecho de utilizar una bomba nuclear en territorio ucraniano.
No obstante, Rusia ha amenazado a las principales capitales europeas. El medio nacional ruso “Vesti.ru” hace unos meses mostró la capacidad de alcance de ojivas nucleares a naciones europeas, con un tiempo límite menor a los 15 minutos previo al posible impacto.
El tablero de ajedrez mundial está a la cruenta expectativa de los pasos que realizará Donald Trump desde la Casa Blanca. La guerra de Ucrania puede ser su primer gran logro diplomático, si llega a alcanzar la paz. No obstante, probablemente el gran perdedor termine siendo el aliado estadounidense, perdiendo ⅓ de su territorio.
Mientras tanto, la Unión Europea intentará que las decisiones no se tomen desde el otro lado del Atlántico. Su posición prácticamente intransigente para con Rusia generó que la única propuesta europea fuese brindarle mayor financiamiento a Ucrania, extendiendo aún más el conflicto. La posibilidad de que tropas francesas y británicas viajen a territorio en disputa solamente va a dar más dolores de cabeza a una UE que no empieza a ver una salida exitosa del conflicto.
Por otro lado, es probable que Rusia, bajo un tratado de paz propuesto por Trump, salga beneficiada en el tablero geopolítico. Pero las más de 50.000 bajas (a abril de 2024) pueden ocasionar problemas dentro de sus fronteras en ciertas regiones.
Que el conocimiento no se extinga.