Inglaterra enfrenta un aumento significativo de movilizaciones antimigratorias, a partir del debate público sobre inmigración y alojamiento de solicitantes de asilo. La llegada de migrantes que cruzan el Canal de la Mancha genera preocupación, y el uso de hoteles para alojarlos temporalmente ha intensificado las tensiones en distintas comunidades.
La ley obliga al gobierno a proporcionar alojamiento a los solicitantes de asilo, y desde 2020 los hoteles se convirtieron en una solución clave ante el aumento del flujo migratorio. Hasta finales de junio de 2025, más de 32.000 migrantes vivían en estas instalaciones financiadas por el Estado.
El detonante de las protestas fue el arresto de un solicitante de asilo etíope, acusado de agredir sexualmente a una menor en Epping, Essex. Este hecho provocó movilizaciones frente al Hotel Bell, donde residía el acusado y otros migrantes y, rápidamente, se extendió a más de una docena de pueblos y ciudades del país.
Las primeras manifestaciones fueron espontáneas, organizadas por vecinos preocupados o grupos vecinales improvisados. Posteriormente, varias protestas se coordinaron a nivel nacional a través de organizaciones como la Gran Protesta Nacional Británica (GBNP), un movimiento patriótico que promueve la seguridad comunitaria, la inmigración justa y la soberanía británica.
En varias localidades, las movilizaciones también se acompañaron de la exhibición de banderas de la Cruz de San Jorge y del Union Jack. Para algunos ciudadanos la presencia de estas banderas les recuerda a grupos de extrema derecha, generando incomodidad en las comunidades inmigrantes.
Manifestantes y rivales protestaron en los hoteles en los que se aloja a inmigrantes por todo Reino Unido (EP)
En respuesta a estas movilizaciones surgieron contramanifestaciones en distintos puntos del país. Estas estuvieron lideradas por organizaciones de la sociedad civil, sindicatos, colectivos de izquierda y redes comunitarias, que buscaban desafiar discursos xenófobos y basados en el miedo. Entre los grupos más activos se encuentran Stand Up To Racism (SUTR), el Congreso de Sindicatos (TUC), Black Lives Matter y redes religiosas como Citizens UK.
En el plano judicial, el Tribunal Superior de Londres emitió una orden el 19 de agosto de 2025, solicitada por el Consejo del Distrito de Epping Forest, que prohibía el uso del Bell Hotel para alojar a solicitantes de asilo. La medida se basaba en que el cambio de uso del hotel a albergue no contaba con la debida autorización urbanística. Sin embargo, el 29 de agosto, el Tribunal de Apelaciones revocó esta decisión, permitiendo que los migrantes continuaran alojados en el hotel. El tribunal argumentó que la resolución del Tribunal Superior contenía errores legales y que la amenaza de protestas no debía influir en la decisión judicial.
La medida fue recibida con críticas por parte de la oposición y algunos ciudadanos, quienes consideraron que la apelación parecía dar más importancia a los derechos de los migrantes que a las preocupaciones de la población local.
La situación en Inglaterra pone en evidencia cómo la reacción social frente a un hecho aislado puede escalar y afectar a comunidades enteras. También refleja los desafíos de equilibrar la protección de los derechos de los migrantes con la percepción de seguridad de la población local.
Que el conocimiento no se extinga.