En la causa judicial del supuesto entramado golpista contra el gobierno de Lula Da Silva en la que Jair Bolsonaro se encuentra procesado, se determinó prisión domiciliaria para el acusado ante un posible escape. Alexandre de Moraes, juez de la Corte Suprema de Brasil, fue quién ejecutó las órdenes de búsqueda y captura contra el expresidente, además de medidas cautelares.
La denuncia hacia Jair Bolsonaro asegura que buscaba mantenerse en el poder, aun habiendo perdido las elecciones de 2022 frente a Lula da Silva. Los cargos incluyen la participación en una organización criminal armada, tentativa de abolición directa del Estado Democrático de Derecho, intento de golpe de Estado, daño calificado por violencia y amenaza grave y deterioro de bienes inmuebles.
Según la Fiscalía que tiene a cargo el caso, el expresidente de Brasil coordinó estas acciones a fin de no reconocer los últimos resultados electorales. Resultados que no permitían su reelección y lo asignaban como ganador a Lula da Silva.
El 18 de julio el Supremo Tribunal Federal (STF) dispuso la medida. Se determinó que además del arresto domiciliario, deberá usar tobillera y se le prohibieron la comunicación con sus hijos -Carlos y Eduardo- y otros aliados, el uso de redes sociales, acercarse a embajadas y tener contacto con diplomáticos. El arresto domiciliario también lo inhabilita a salir durante la noche.
Si bien el Supremo Tribunal Federal no determinó la sentencia, podría llegar a más de 40 años. Su hijo Eduardo se encuentra asociado a algunas de las causas del proceso, pero no fue procesado. Según la Corte, ambos incitaron a diversos actos hostiles que pusieron en riesgo la estabilidad del Estado nacional.
La policía allanó múltiples propiedades relacionadas al acusado. Según declaró Bolsonaro, solo se llevaron dinero, celulares personales y otros dispositivos electrónicos.
El expresidente señaló que se trata de una medida de “máxima humillación”, que lo coloca en sucesos que nunca ocurrieron y que, de todas formas, él nunca tuvo pensado irse del país. A su entender, este proceso no es más que una persecución política, ante el temor de una posible victoria electoral del Partido Liberal en las próximas elecciones presidenciales de 2026.
Al mismo tiempo, Donald Trump se declaró en contra de las acusaciones y está de acuerdo en que Jair Bolsonaro es víctima de una persecución política. El presidente estadounidense pidió que el juicio sea cancelado de inmediato. Lula calificó las declaraciones de Trump como un “chantaje inaceptable”.
Que el conocimiento no se extinga.