Hoy jueves 8 de mayo, alrededor de las 18 horas de Roma (UTC +2), la fumata blanca que emanó de la Capilla Sixtina le anunció a los fieles católicos de todo el mundo la noticia que esperaban desde el inicio del cónclave: Habemus Papam.
Minutos después, el protodiácono francés Dominique Mamberti anunció el nombre del nuevo Papa: León XIV, de nombre secular Robert Francis Prevost. Fue así como el mundo se enteró que sería testigo del primer Papa norteamericano de la historia, el segundo del Continente.
Visiblemente emocionado, el nuevo sumo pontífice dio su primera bendición “urbi et orbi” (al pueblo de Roma y al mundo) en tres idiomas -italiano, español y latín- en el que llamó a la paz, rezó un Ave María y abogó por el desarme en un contexto internacional marcado por el conflicto y la incertidumbre.
Curiosamente, el Santo Padre decidió no hablar en inglés, su lengua materna. Este gesto podría ser interpretado como una intención del nuevo Papa de acercarse al Sur Global, en una clara continuidad de la política de Francisco, a quien le dedicó unas sentidas palabras.
Nacido en Chicago, el ahora Papa León XIV pasó gran parte de su vida en Perú como misionero. Allí, se desempeñó en la diócesis de Chiclayo. Su trabajo pastoral en ese país lo convierte en un Papa latinoamericanista. De hecho, adoptó la ciudadanía peruana en agosto de 2015.
Pertenece a la orden de los agustinos, fundada en 1244, siguiendo las enseñanzas de San Agustín de Hipona, teórico de la Iglesia que se desempeñó como sacerdote en el norte de África en los siglos IV y V. En sintonía con esta tradición, Prevost estudió en la Universidad de Pennsylvania y se especializó en derecho canónico.
Es interesante mencionar que el último Papa que eligió el nombre León ocupó el trono de San Pedro hace más de 100 años. León XIII, se caracterizó por ser un Papa de vanguardia: permitió que lo capturaran en vídeo en los inicios del cinematógrafo y abogó por los derechos de los trabajadores en un contexto donde el socialismo y el marxismo irrumpía con fuerza en las capitales europeas. Quizás su obra más importante sea Rerum Novarum, de las cosas nuevas en latín, una encíclica que aboga por un salario justo, la creación de sindicatos y los derechos de los más vulnerables. Esta encíclica se considera el punto de partida de la Doctrina Social de la Iglesia.
En cuanto a su país natal, León XIV se mostró crítico ante la Administración Trump, manifestando en su cuenta de X (ex Twitter) que Jesús era un migrante, en clara oposición a la política de deportaciones del gobierno de Estados Unidos.
Esta vez, el Colegio Cardenalicio decidió elegir un Papa pragmático; progresista, pero a la vez moderado; atento al conflicto y a los más humildes, pero reacio a abrir la Iglesia a las mujeres y la Comunidad LGBTQ+. Al igual que León XIII, a León XIV lo espera un planeta en ebullición, repleto de conflictos, polarizaciones y avances tecnológicos. Queda por ver si el Papa podrá convertirse en la voz de la razón en un mundo que ha perdido el rumbo.
Que el conocimiento no se extinga.