El pasado lunes 28 de abril se celebraron las Elecciones Generales en Canadá. El Partido Liberal, liderado por Mark Carney, Primer Ministro desde la dimisión de Justin Trudeau, se impuso en las urnas al líder conservador Pierre Polievre. El triunfo liberal, inesperado de no ser por las declaraciones abiertamente expansionistas de Donald Trump, que busca convertir a Canadá en un Estado dentro de Estados Unidos, se explica en un contexto de verdadera hostilidad en el resto de Norteamérica hacia Estados Unidos.
La voluntad expansionista de Donald Trump, quien busca no solamente anexar Canadá, sino también hacerse con Groenlandia e imponer aranceles a la industria mexicana ha producido un cisma en la región. Canadá, al igual que la Unión Europea se encuentra en un área de incertidumbre donde debe decidir si su futuro estará determinado por su relación con los Estados Unidos o si apostará por una alianza más fuerte con los Estados Unidos mexicanos y la Unión Europea.
Es enero de 2025. En el marco de un partido de hockey sobre hielo entre Canadá y Estados Unidos, The Star spangled banner, el himno nacional de los Estados Unidos de América es fuertemente abucheado por la afición francófona de Quebec, mientras que “O Canada”, el himno canadiense, es ovacionado. En un lapso de 9 segundos, se produjeron un total de tres enfrentamientos violentos entre jugadores estadounidenses y canadienses. Atrás quedaron los días donde Barack Obama y su homólogo canadiense bromeaban en Twitter sobre el hockey sobre hielo.
En un país bicultural como Canadá, donde los enfrentamientos entre las poblaciones francófona y anglófona están a la orden del día, sería ciertamente llamativo que sea justamente en Quebec donde el himno canadiense fuese ovacionado. Sin embargo, luego de las declaraciones de Trump, así como la forma hostil que éste tiene de referirse a Canadá, surgió dentro de la sociedad canadiense un sentimiento de temor y amenaza, donde los Estados Unidos ya no son el amigo y aliado que antaño fueron, sino que se convirtieron en una de las principales amenazas a la seguridad e integridad territorial de Canadá.
Es por eso que se podría argumentar que actualmente tanto Canadá como el resto de Norteamérica se encuentran ante un punto de inflexión en su historia. A las declaraciones de Trump, se sumó en abril la imposición de aranceles a prácticamente la totalidad de los países del mundo. Estas medidas económicas impulsadas por la Administración Trump, van en contra de la cosmovisión liberal promovida desde la postguerra de la Segunda Guerra Mundial por los Estados Unidos y que caracterizaron su relación de cooperación y amistad con Canadá en las últimas décadas.
En marzo pasado, también se celebraron elecciones generales en Groenlandia. Este territorio, ubicado en América del Norte, pero administrado por Dinamarca, también fue blanco de las declaraciones expansionistas de Donald Trump. Asimismo, la visita del vicepresidente J. D. Vance fue tomado como una forma de provocación llevado a cabo por Estados Unidos. Es por eso que cuando el pueblo de Groenlandia fue a las urnas decidió apostar por la posición más radical y decantarse por un partido abiertamente independentista.
Desde enero de 2025 existe un nuevo orden regional en América del Norte; las sociedades de Canadá y Groenlandia están convencidas que para proteger sus países deberán posicionarse en contra de Trump y sus intenciones expansionistas. Quizás en los próximos años seamos testigos de una Groenlandia independiente o una Canadá miembro de la Unión Europea.
Que el conocimiento no se extinga.