En su debut en la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), el presidente argentino Javier Milei ofreció un discurso que no dejó indiferente a la comunidad internacional. Milei, un economista con una postura marcadamente liberal y antisistema, utilizó su intervención para criticar duramente las políticas globales de cooperación, defender su visión de un Estado limitado y advertir sobre los riesgos que, según él, enfrentan las democracias debido al avance del “socialismo del siglo XXI”. Su intervención ha generado polémica tanto en el ámbito nacional como internacional, con reacciones que van desde el apoyo hasta el rechazo.
Uno de los ejes centrales del discurso de Milei fue su férrea crítica al multilateralismo, al que tildó de ineficaz e incapaz de resolver los grandes problemas de la humanidad, como el cambio climático, la pobreza y los conflictos bélicos. Según Milei, las organizaciones internacionales, como la ONU, han sido capturadas por intereses burocráticos y políticas intervencionistas que perpetúan la ineficiencia estatal en lugar de promover soluciones de mercado.
“Los organismos internacionales han devenido en foros de discursos vacíos y promesas incumplidas, donde se defienden agendas colectivistas que solo profundizan la pobreza y la desigualdad en nombre de la justicia social”, afirmó Milei, quien defendió la necesidad de devolver a los individuos el poder económico y político. Este enfoque liberal y contrario a la intervención estatal es coherente con su programa de gobierno en Argentina, donde aboga por una drástica reducción del tamaño del Estado.
En otro tramo del discurso, Milei lanzó duras advertencias contra lo que denomina el “avance del socialismo del siglo XXI” en América Latina. Señaló a gobiernos de la región como responsables de la creciente miseria y la falta de libertades individuales, y denunció el papel de organizaciones internacionales que, en su opinión, son cómplices de estas políticas.
“Vemos una constante promoción del colectivismo en nuestras democracias, una tendencia a premiar a los gobiernos que restringen las libertades económicas y políticas. Este socialismo moderno es una amenaza directa a las democracias liberales que debemos erradicar”, enfatizó. En respuesta, Milei defendió la necesidad de implementar modelos de economía de libre mercado como solución para los problemas sociales y económicos.
Si bien su discurso fue aplaudido por sectores que comparten su visión liberal, también recibió fuertes críticas de diversos líderes políticos y analistas internacionales. Para muchos, el tono confrontativo y disruptivo de Milei no contribuye al diálogo constructivo que la ONU busca fomentar entre las naciones. En particular, su rechazo al multilateralismo fue visto como una señal de que, en caso de ganar las elecciones en Argentina, su país podría adoptar una postura más aislacionista en el escenario global.
Por otro lado, sus críticas a las políticas intervencionistas y colectivistas resonaron con fuerzas políticas de derecha que ven en Milei una figura emergente en la lucha contra el avance de la izquierda en América Latina. Sin embargo, este apoyo se ve contrarrestado por quienes señalan que su propuesta de desmantelar buena parte del aparato estatal es inviable en un mundo interconectado y donde la cooperación internacional es esencial para abordar problemas globales como el cambio climático o las crisis migratorias.
El debut de Javier Milei en la ONU fue tan polémico como se esperaba. Con un discurso que mezcla fuertes críticas al status quo global con la promoción de un liberalismo radical, Milei ha consolidado su imagen como una figura disruptiva. Sin embargo, queda por ver si este tipo de intervenciones le permitirá ganar apoyo en un escenario internacional donde la cooperación y el diálogo suelen ser preferidos sobre la confrontación..
Que el conocimiento no se extinga.