El pasado lunes 7 de julio tuvo lugar la cumbre del grupo BRICS en Brasil. Allí, el ministro de Relaciones Exteriores nigeriano, Yusuf Tuggar, manifestó su preocupación ante los planes de Estados Unidos para deportar 300 ciudadanos venezolanos hacia África.“Estados Unidos está ejerciendo una presión considerable sobre los países africanos para que acepten venezolanos que van a ser deportados desde Estados Unidos, algunos directamente desde prisión”, declaró Tuggar.
Según información publicada por The Wall Street Journal, la propuesta estadounidense plantea una “transferencia digna, segura y oportuna” de los deportados. Tras la negativa de Nigeria, los países señalados por Estados Unidos como posibles receptores son Senegal, Mauritania, Gabón, Guinea Bissau y Liberia.
La propuesta fue presentada por Trump desde la Casa Blanca, poco antes de una reunión prevista con los líderes de esos países, cuyo objetivo inicial era abordar temas económicos y de seguridad. El Departamento de Estado dejó en claro que el objetivo de la administración de Trump es endurecer la política migratoria y la cooperación de los países africanos, en línea con lo que quiere el gobierno de Estados Unidos. Además, puede influir en la mejora de las relaciones bilaterales y acuerdos de ayuda o comercio.
Las declaraciones de Yusuf Tuggar se produjeron luego de las amenazas de Washington, que advirtió restringir y endurecer los requisitos para los visados y aumentar los aranceles a los países que no colaboren con las políticas impuestas desde la Casa Blanca.
Con respecto a la feroz política migratoria del gobierno de Donald Trump, unos días atrás, Estados Unidos deportó a ocho personas condenadas por delitos violentos a Sudán del Sur, país que enfrenta severas crisis humanitarias tras años de conflictos internos. Edmun Yakani, un destacado líder cívico sursudanés manifestó su preocupación diciendo: “Sudán del Sur no es un vertedero para criminales”.
En marzo de este año, otro hecho similar generó fuerte polémica: un avión con más de 200 venezolanos deportados por Estados Unidos aterrizó en El Salvador, apenas unas horas después de que un juez estadounidense ordenara no hacerlo.
Ante este contexto, las dificultades que pueden tener los países africanos para recibir deportados desde Estados Unidos, son enormes, y las declaraciones de Tuggar dejan en claro el freno que intenta ponerle Nigeria a Estados Unidos. El canciller nigeriano sostuvo: “Será difícil para un país como Nigeria aceptar a presos venezolano. Ya tenemos bastantes problemas. Sería injusto que Nigeria aceptara 300 deportados venezolanos”.
El lugar elegido por el funcionario para hacer pública esta postura no fue casual: la cumbre de los BRICS, grupo que desafía al poder político y económico de Occidente, en particular a Estados Unidos, fue el escenario para buscar respaldo internacional. Si bien Nigeria no es miembro pleno del grupo, se convirtió en su noveno país socio en enero de este año.
A pesar del rechazo a las presiones migratorias, el ministro Tuggar aseguró que Nigeria busca mantener acuerdos económicos y comerciales con Estados Unidos, y aclaró que la participación del país en los BRICS no debería ser motivo para represalias arancelarias. Sin embargo, Donald Trump ya anticipó que impondrá un arancel adicional del 10% a los países que se alinean con las políticas de esta alianza y que vayan en contra de los intereses de Washington.
Que el conocimiento no se extinga.