Sudán, es uno de los estados más grandes del continente africano, por cuyo territorio surca el legendario Río Nilo y se extiende el imponente Desierto del Sahara. Desde mediados de abril de 2023, está envuelto en un conflicto militar interno que ha provocado un deterioro de la situación humanitaria, siendo un país que tiene un historial de conflictos internos desde hace décadas.
A grandes rasgos, el conflicto interno en Sudán está liderado por dos actores principales. Por un lado, el Ejército Nacional Sudanés, que lleva gobernando dictatorialmente el país desde el año 1989 (salvo un pequeño lapso entre 2018 y 2021) con el golpe de estado perpetrado por Omar Al- Bashir. Por otro lado, las Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF, por sus siglas en inglés) son una facción del ejército nacional utilizada durante mucho tiempo como un brazo armado especial, que en los últimos años ganó en autonomía y poder. El conflicto se desató debido a la intención del Ejército Nacional Sudanés de reincorporar a las RSF al cuerpo armado nacional debido a temores sobre un posible golpe al gobierno de este grupo. Esto generó que las RSF desplegarán sus tropas por todo el país, incluyendo la capital Jartum.
Hasta el día de la fecha se tiene registro de 12 mil muertes, a su vez, se contempla que la guerra civil provocó la mayor crisis de desplazados internos (aquellas personas que se ven forzadas a huir de su hogar hacia otras partes del país, en este caso por un conflicto armado) en la actualidad, con más de 8 millones de personas afectadas. Los desplazados se ven en un estado de vulnerabilidad elevado, exacerbado aún más por la situación delicada que ya atravesaba el país.
Una de las principales consecuencias es la inaccesibilidad al alimento y a la actividad agrícola. Esto deja más de 18 millones de personas (aproximadamente el 37% de la población total del país) en una situación de inseguridad alimentaria. Por otro lado, el sistema de salud precario del país colapsó, propagando enfermedades como el cólera. Otra problemática alarmante tiene que ver con los niños. La falta de acceso a comida ha dejado a más de 4 millones de niños en estado de desnutrición, mientras que la falta de acceso a la educación afectó a 19 millones de niños. Esto, sin duda, presenta un panorama oscuro para el futuro del país.
Además, las niñas y mujeres, son de los grupos más vulnerables en situaciones de desplazamiento, teniendo en cuenta la presencia de violencia sexual contra mujeres y niñas en este conflicto.
Es relevante mencionar que el conflicto interno en Sudán también presenta desafíos para sus países vecinos, tales como Egipto, Sudán del Sur o Chad, ya que han recibido en este tiempo millones de refugiados sudaneses. Los migrantes llegan en condiciones humanitarias limitadas y requieren de una gran cantidad de recursos para su subsistencia, recursos con los que los países vecinos no cuentan.
Que el conocimiento no se extinga.