El 21 de julio el presidente de Chile, Gabriel Boric, recibió en Santiago a los líderes Lula da Silva (Brasil), Yamandú Orsi (Uruguay), Gustavo Petro (Colombia) y Pedro Sánchez (España). Durante el encuentro, se habló de la preocupación por el futuro de la democracia y se debatieron temas como el multilateralismo, la lucha contra la desinformación, la regulación de tecnologías emergentes y la reducción de las desigualdades.
En un principio, la iniciativa fue impulsada en el 2024 por los mandatarios de Brasil y España durante la Asamblea General de Naciones Unidas (ONU) en Nueva York. En esa ocasión participaron Emmanuel Macron, presidente de Francia; Justin Trudeau, ex Primer Ministro de Canadá; Charles Michel, ex presidente del Consejo Europeo y Gabriel Boric. Este último, propuso un segundo encuentro en Santiago de Chile. Los cinco líderes progresistas se reunieron en el palacio de La Moneda para visibilizar y denunciar las amenazas actuales contra las democracias e impulsar una estrategia común para enfrentar los fenómenos globales como la desinformación y desigualdad.
En la apertura, Boric señaló que ‘‘la democracia está amenazada y esa amenaza no se reduce solamente a la fuerza militar, sino que hay elementos que atentan contra ella y terminan naturalizándose’’. Estas palabras coinciden con la decisión unilateral del presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, de imponer aranceles del 50% a Brasil en defensa del exmandatario brasileño Jair Bolsonaro, uno de sus aliados políticos en la región. Trump acusa al gobierno brasileño de ‘‘graves violaciones de derechos humanos’’ tras no poner fin al juicio del ex presidente de Brasil. Lula da Silva calificó esta medida como una represalia económica que no sólo afecta a las relaciones comerciales entre ambos países, sino que busca interferir en la justicia brasileña, considerándolo como un grave atentado a la soberanía nacional.
A raíz de las tensiones internacionales, los líderes de la cumbre coincidieron en que es su deber aliarse y hacer frente al deterioro institucional y al avance de proyectos autoritarios. Advirtieron que los derechos sociales conquistados a lo largo de la historia están en riesgo ante los avances de los extremismos, a los que responsabilizaron por la desinformación y la promoción del odio a través de los canales de comunicación. ‘‘La derecha organizada no ataca con cañones o tanques, sino que controlan los algoritmos, siembran el odio y difunden el miedo’’, declaró Petro.
Además, reafirmaron su compromiso con la paz y el derecho internacional humanitario. Por ello, solicitaron un alto al fuego en Gaza y exigieron que la ayuda pueda ingresar de forma completa y segura a la Franja, respetando el derecho humanitario y bajo coordinación de la ONU.
Tras la reunión de Alto Nivel, los cinco mandatarios mantuvieron un encuentro con Joseph Stiglitz, premio Nobel de Economía y Michelle Bachelet, ex presidente de Chile. Asimismo, dialogaron con organizaciones de la sociedad civil. Este último encuentro responde a la necesidad de construir un nuevo enfoque que incluya a la ciudadanía en las políticas públicas y reconozca al Estado como herramienta para garantizar el ejercicio efectivo de los derechos.
Las conclusiones en torno a la democracia, los derechos humanos y la justicia social serán presentadas en septiembre durante el 80° período de sesiones de la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas, en Nueva York, con el objetivo de ampliar la convocatoria y convertir la cumbre en una plataforma internacional de defensa democrática ante un escenario global cada vez más desafiante.
Que el conocimiento no se extinga.