El lunes 17 de noviembre, el tribunal dictaminó que Hasina es culpable de crímenes de lesa humanidad. El juez Mozumder afirmó que “todos los elementos constitutivos de crímenes contra la humanidad han sido cumplidos”, dando así por probada la responsabilidad política y operativa de la ex mandataria durante la represión.
Entre todo lo acontecido en la represión, gran parte de la condena corresponde mayormente al tiroteo y asesinato de seis manifestantes desarmados en Daca. Uno de los episodios más graves. Tras la lectura del fallo, tanto los presentes en la sala como amplios sectores de la sociedad mostraron satisfacción ante lo que calificaron como un paso hacia la Justicia.
Previo a la nueva sentencia, Sheikh Hasina ya contaba con una cadena perpetua por ser considerada como responsable de la incitación a la violencia. Ella fue quien ordenó el uso de armas letales contra los estudiantes que protestaban y no tomar medidas para evitar los abusos. De acuerdo con el asesor de salud del gobierno provisional, la represión de julio y agosto dejó más de 800 muertos y alrededor de 14.000 heridos.
La ex primera ministra se encuentra en India luego de escapar en helicóptero cuando los manifestantes asaltaron su residencia. Junto a ella, el ex ministro del Interior Asaduzzaman Khan Kamal, también se encuentra prófugo. Ambos comparten la misma sentencia.
Dentro del proceso judicial, el ex jefe de la policía, Chowdhury Abdullah Al-Mamun, también fue encontrado culpable, pero fue sentenciado a cinco años de prisión luego de actuar como testigo estatal contra Hasina. Chowdhury Abdullah Al-Mamun estuvo presente en el juicio.
Hasina declaró mediante un abogado designado por el Estado y por sus propios dichos desde la India, catalogando el fallo como “parcial y motivado políticamente”, asegurando que el veredicto de culpabilidad era una conclusión previsible”.
El comunicado más contundente llegó horas después del fallo, cuando Hasina y Kamal difundieron un mensaje conjunto. Allí aseguraron que actuaron de buena fe, intentando minimizar la pérdida de vidas. Para ambos, perder el control de la situación no fue una premeditación de crímenes contra la ciudadanía.
Hasina y Kamal no pueden apelar a la condena a menos que se entreguen o sean arrestados en los próximos 30 días. Con el rechazo silencioso de India a los pedidos de extradición, ese escenario resulta improbable.
Que el conocimiento no se extinga.