En septiembre de 2024, China anunció oficialmente la suspensión de las adopciones internacionales, un cambio de política significativo que ha generado preocupación y debate tanto dentro como fuera del país. Este movimiento marca el fin de más de tres décadas de adopciones internacionales, una práctica que permitió a más de 160,000 niños encontrar hogares en el extranjero, principalmente en países como Estados Unidos y Canadá. La decisión, que restringe las adopciones internacionales únicamente a familiares de hasta tercer grado o a padrastros, ha dejado en el limbo a muchas familias extranjeras que ya estaban en proceso de adopción.
El gobierno chino justificó la medida citando su alineación con “convenciones internacionales”. Aunque no se especificaron detalles exactos, la referencia parece estar relacionada con la Convención de La Haya sobre Protección de Menores y Cooperación en Materia de Adopción Internacional, que prioriza las adopciones dentro del país de origen antes de permitir la adopción internacional. China se adhirió a esta convención en 2005, lo que plantea la pregunta de por qué este cambio se produce ahora.
La suspensión de las adopciones internacionales también puede estar vinculada a un esfuerzo por mejorar la imagen de China y promover una mayor cohesión nacional, especialmente en el contexto de su crisis demográfica. Con una tasa de natalidad en declive y una población envejecida, el gobierno chino ha puesto más énfasis en las adopciones nacionales para fortalecer el tejido social del país. Sin embargo, muchos expertos cuestionan si esta medida tendrá un impacto real en la demografía, dado que el número total de adopciones internacionales es relativamente bajo.
Uno de los aspectos más preocupantes de esta decisión es su impacto en los niños con necesidades especiales, quienes han constituido un porcentaje significativo de los niños adoptados internacionalmente en los últimos años. Estos niños, a menudo con condiciones médicas graves o discapacidades, han sido adoptados principalmente por familias extranjeras que podían proporcionar el nivel de atención médica y apoyo necesario para su desarrollo. Las adopciones internacionales fueron una vía crucial para que estos menores accedan a tratamientos médicos avanzados y un entorno familiar más estable, algo que las instituciones estatales chinas no siempre pueden ofrecer.
Ahora, con la suspensión de las adopciones internacionales, muchos de estos niños podrían enfrentar un futuro incierto en orfanatos estatales, sin la posibilidad de encontrar un hogar en el extranjero. Esto ha generado preocupación entre organizaciones internacionales y defensores de los derechos de los niños, quienes temen que el bienestar de los menores esté en riesgo.
Aunque el gobierno chino ha citado motivos oficiales relacionados con convenciones internacionales, algunos expertos sugieren que la decisión también está motivada por preocupaciones sobre el tráfico de menores. Durante décadas, China ha enfrentado problemas con redes de tráfico de niños que vendían bebés a orfanatos, lo que generó desconfianza en el sistema de adopción. A pesar de que los casos de secuestros han disminuido en los últimos años, los temores de abusos en el sistema persisten, lo que podría haber llevado a las autoridades a endurecer las regulaciones sobre adopciones internacionales.
El cambio en la política demográfica de China también podría ser un factor determinante. Desde el fin de la política de un solo hijo en 2016, el país ha enfrentado una caída en las tasas de natalidad, lo que ha llevado al gobierno a implementar políticas para fomentar la cohesión familiar y el crecimiento poblacional. La priorización de las adopciones nacionales puede verse como una parte de este esfuerzo más amplio para afrontar la crisis demográfica.
La nueva política ha dejado a muchas familias extranjeras en una situación de incertidumbre. En países como Estados Unidos, que ha sido uno de los principales receptores de niños chinos adoptados, cientos de familias que ya estaban en proceso de adopción se vieron afectadas. Muchas de estas familias habían esperado años e invertido recursos emocionales y económicos significativos en el proceso, solo para enfrentarse ahora a la posibilidad de que no podrán completar la adopción. Algunas organizaciones y gobiernos extranjeros han incitado a China a permitir que los casos pendientes puedan finalizarse, aunque aún no ha habido una respuesta clara del gobierno chino en este sentido.
La suspensión de las adopciones internacionales en China plantea serias preguntas sobre el futuro de los niños que aún permanecen en orfanatos. Si bien el gobierno ha priorizado las adopciones nacionales, no está claro si esta estrategia será suficiente para cubrir las necesidades de todos los niños que requieren ser adoptados, especialmente aquellos con condiciones médicas complejas. Además, la comunidad internacional sigue esperando más detalles y explicaciones sobre los motivos detrás de esta medida, y si habrá algún tipo de flexibilización para los casos de adopción que ya estaban en curso.
Que el conocimiento no se extinga.