En el mes de septiembre se realizaron una serie de reuniones en la Asamblea de las Naciones Unidas; lo que se conoce como la “Cumbre del Futuro”. En este evento el objetivo es discutir desafíos globales actuales que tienen que ver con temas como la sostenibilidad, la justicia social, y la paz mundial. Entre los temas puestos en debate encontramos la discusión de acuerdos previos entre las naciones e impulsar compromisos nuevos para, por ejemplo, enfrentar la crisis climática y los conflictos bélicos.
En las reuniones del 2023 se había establecido lo que se conoce como “El Pacto del Futuro”, un documento de la ONU que describe 56 acciones para hacer frente a los conflictos más relevantes de la época. Estos incluyen el calentamiento global, la paz, y los potenciales problemas que podrían surgir del uso de la inteligencia artificial, entre otros. Este documento es apoyado por 192 Estados Miembros, y también plantea el acuerdo internacional para cumplir con los objetivos de la Agenda 2030, además de reafirmar el compromiso con el Acuerdo de París sobre el cambio climático.
Entonces, ¿por qué Argentina optó por ser parte de los pocos países que no apoyan el pacto? La noticia fue dada por la canciller Diana Mondino, la cual anunció que el país se disociará del llamado “Pacto para el Futuro” y de la Agenda 2030, así como tampoco se adherirá a la Agenda 2045 (la continuación de la Agenda 2030). La canciller se expresó diciendo “La Argentina quiere tener alas para su desarrollo, sin estar sujeto a un peso indebido de decisiones ajenas a nuestras metas. La Argentina será un faro de Libertad” (La Nación, 23/09/2024). Después, sin embargo, comentó que la Argentina si comparte como objetivos ciertos de los apartados del documento, pero que la mayoría presentan objeciones para la agenda que el presidente tiene para el país. Habló de que las objeciones o sugerencias de los representantes Argentinos nunca fueron tomadas en cuenta, y que todo esto sumó a la decisión de disociarse del pacto. A pesar de todo, la canciller asegura que esto no será una piedra en el camino para el país, y que el Gobierno solo busca afirmar un compromiso con un orden basado en valores democráticos, y que no implique el diseño de políticas de intervención estatal en la economía nacional.
Más allá de los objetivos sostenibles que puede afectar la disociación del pacto, esto tiene implicancias en la política. La Argentina dió a conocer frente a otros 192 países que no está de acuerdo con los objetivos del pacto y decide alejarse de su participación. Se han escuchado ya muchas voces en contra de la decisión del país, que expresan que participar en estas asambleas es una decisión política, y que bajarse de ellas es salir de discusiones globales como cobardes. Que en vez de sostener sus pensamientos en la mesa deciden vaciar la silla en la Asamblea. Otros han apoyado a Milei con la decisión, y afirman no necesitar de las agendas de otras naciones para el futuro de la propia.
Que el conocimiento no se extinga.