En su cuadro “Autorretrato en la frontera entre México y Estados Unidos”, la célebre pintora mexicana Frida Kahlo busca retratar las diferencias entre uno y otro lado de la frontera: el México rural, abocado a la tierra, contrasta fuertemente con el humo industrial que emanan los Estados Unidos.
En Los Ángeles, ciudad fronteriza entre ambos países, la cultura mexicana convive con el bullicio y las luces de Hollywood. Fue fundada por los españoles en 1781 bajo el nombre de El Pueblo de nuestra señora de los Ángeles Porciúncula. La ciudad, ubicada en el Estado de California, formó parte de México desde su independencia hasta 1948, cuando, después de una guerra sangrienta, Estados Unidos le arrebató la mitad de su territorio.
Al igual que otras ciudades de los Estados Unidos, su nombre hispano la hace impronunciable para muchos estadounidenses que solo dominan el inglés. Esta ciudad cosmopolita, que alberga un crisol de culturas, se convirtió en la representación máxima del glamour y los excesos de la industria cinematográfica, a la vez que encarna la representación del sueño americano para miles de familias que cruzan todos los días la frontera entre ambos países en busca de una vida mejor.
Esta coexistencia pacífica se vio trastocada por los disturbios que estallaron el fin de semana pasado con la decisión del presidente Trump de enviar la policía federal al distrito. En un contexto donde hoy día los Estados Unidos se parecen más a un Estado autoritario que a la tierra de la libertad que sus fundadores imaginaron, un país donde ni los turistas latinoamericanos se encuentran exentos de la brutalidad policial, las protestas de los migrantes mexicanos en los Ángeles lideran la resistencia.
Ataviados con banderas mexicanas, los manifestantes luchan por su derecho a permanecer en un país que no sería la primera potencia mundial de no ser por los migrantes. Por poner un ejemplo, si el Estado de California fuese un país independiente sería la cuarta economía del mundo. Esto sería imposible de no ser por la fuerza de trabajo que aportan las personas migrantes.
Autorretrato en la frontera entre México y Estados Unidos - Frida Kahlo
No obstante, ante este escenario desolador, un dejo de esperanza parece provenir por parte de Gavin Newsom, el gobernador demócrata de California que se perfila de ese partido en las elecciones de 2028. Newsom se puso al hombro la defensa de sus ciudadanos ante una brutalidad policial inédita en la historia de Los Ángeles.
En 2028, la ciudad californiana acogerá los Juegos Olímpicos de verano, tal como lo hizo en 1984. A pesar de que durante ese período el país también era gobernado por un Ronald Reagan, un presidente republicano y bastante conservador, la situación actual superaría con creces el neoliberalismo de los años 80.
En medio del conflicto entre el gobierno federal y California, el senador Alex Padilla fue detenido por la policía. Un país que arresta a un representante democráticamente electo difícilmente pueda garantizar la seguridad de miles de atletas provenientes de todo el mundo.
Es incierto cómo será el desenlace del conflicto. Ante los reclamos de celebridades y demás personalidades públicas, la Administración Trump no hace más que profundizar su crueldad hacia los manifestantes. Solo nos queda esperar lo mejor y, cómo dice la canción popularizada por el cuarteto The Mammas and the Papas, soñar con California en estos días de invierno.
Que el conocimiento no se extinga.