“Corresponsal. m y f. Periodista que habitualmente y por encargo de un periódico, cadena de televisión, etc., envía noticias de actualidad desde otra población o país extranjero”.
En los medios de comunicación suele transmitirse la cobertura en tiempo real de un conflicto bélico. Seguramente, dicha cobertura está hecha por un periodista, muchas veces adornado con material especial de protección, como chalecos antibalas y cascos.
La audiencia podría creer que estas personas “están locas” por estar en medio de una guerra y arriesgar su vida. Pero los corresponsales de guerra son trabajadores apasionados, que en vez de cubrir noticias en un estudio de televisión lo hacen en un territorio en conflicto. Muchas veces, a kilómetros de sus hogares e incluso en otro continente.
En tiempos actuales, cada vez que hay un conflicto bélico - civil o internacional - podemos ver a estas figuras en los medios. Pero, ¿quién fue el primero? Según historiadores, el primer corresponsal de guerra fue el irlandés William Howard Russel, quien cubrió la Guerra de Crimea y otros eventos históricos como la Rebelión de los Cipayos en India o la Guerra Civil estadounidense.
Sin embargo, los corresponsales de guerra no solo mantienen informados a los consumidores de noticias, sino que también dejan una huella en la historia. Tal fue el caso de la periodista británica Clare Hollingworth, quien anticipó el inicio de la Segunda Guerra Mundial al ser enviada a Polonia por el períodico The Daily Telegraph. También, fue una activista por la libertad de prensa en tiempos de guerra y ayudó a casi 3000 refugiados checos a escapar de Polonia, antes de que el conflicto pudiera estallar.
Tal importante son estos referentes que su protección está reconocida en el Derecho Internacional Humanitario. En el Protocolo Adicional I a los Convenios de Ginebra, publicados en 1977, se encuentra un apartado que busca resguardar la vida de dichos trabajadores en tiempos de guerra. En el Artículo 79, se declara que los corresponsales de guerra serán reconocidos como personas civiles y gozan de la protección conforme a los convenios internacionales y a lo establecido en el anteriormente mencionado Protocolo.
Es por esa razón que la ONU calificó al reciente asesinato de periodistas en Palestina como una violación al Derecho Internacional Humanitario. Stéphane Dujarric, portavoz de las Naciones Unidas, expresó: “Los periodistas y trabajadores de los medios de comunicación deben ser respetados, protegidos y se les debe permitir realizar su trabajo con libertad, sin miedo ni acoso”, repudiando el ataque israelí que quitó la vida de cinco trabajadores de la cadena de noticias Al Jazeera. Entre las víctimas se encontraba Anas al-Sharif, destacado corresponsal de guerra muy involucrado en la difusión de noticias desde Gaza, quien fue acusado por Israel de conspirar junto a Hamas.
En Argentina, hay una variada generación de corresponsales de guerra que han enriquecido el periodismo nacional. Nicolás Kasanzew, Joaquín Sánchez Mariño, Nelson Castro, Teresa Bo, Carolina Amoroso, entre otros periodistas destacados, se encuentran en la lista de argentinos en conflictos bélicos que han sabido comunicar con claridad la realidad de los hechos. Amoroso, contando su experiencia en el frente ucraniano, expresó a la Universidad de Palermo: “Supe que esto era un hecho histórico también para mi camino periodístico; era unos de los grandes desafíos para mi carrera”.
Aunque en tiempos de guerra haya censura y peligro, estos periodistas lo arriesgan todo para mantener al mundo informado. Es por esta razón que su figura no debe pasar desapercibida.
Que el conocimiento no se extinga.