Análisis (contiene spoilers):
El Universo Cinematográfico de DC (DCCU) quedó en manos de James Gunn y Peter Safran en noviembre de 2022. Desde entonces, hubo un cambio en el tono y producción de las películas del universo. Gunn trajo su marca identificatoria de criaturas bizarras, héroes de fantasía y villanos realmente malvados que habían estado ausentes en la versión dark que presentaba Zack Snyder de muchos de los superhéroes. Esto queda más claro que nunca en la nueva película de Superman dirigida por el mismo James Gunn.
En esta instancia, Superman (David Corenswet) debe reconciliar su herencia alienígena kryptoniana con su educación humana como el reportero Clark Kent. Como la encarnación de la verdad, la justicia y el camino humano, pronto se encuentra en un mundo que considera estas cualidades como anticuadas. Sin embargo, hay una subtrama política que sorprendió a muchas de las audiencias.
El personaje de Superman siempre fue relativamente político, incluso en ediciones que tocaban más sobre su historia de origen, como la serie de Smallville donde en uno de los episodios Clark protege a un conocido de la familia de la policía migratoria. En la gran mayoría de los cómics, Kent tiene una clara inclinación en sus valores: cree en el periodismo como fuente de verdad, en la justicia para el pueblo y encuentra valor hasta en la más ínfima de las vidas. A diferencia de la interpretación de Snyder, Superman no suele ser un personaje violento por naturaleza, sino que su primera misión siempre es salvar la mayor cantidad de vidas posible; y cuando no es posible, carga con un gran peso de conciencia al respecto. En la versión de Superman 2025, Gunn trae conversaciones políticas actuales en cuatro niveles: el conflicto Boravia-Jarhanpur, la figura de Lex Luthor, el papel de las redes sociales y el rol de Clark Kent como periodista.
La primera es el genocidio en Palestina. En la película, Gunn crea una analogía del conflicto real a través de dos naciones ficticias: Boravia (Israel) y Jarhanpur (Palestina). En el film, Boravia tiene un poder militar desproporcionado, con una gran cantidad de tanques y un ejército de soldados armados hasta los dientes. Mientras tanto, Jarhanpur es ilustrado como empobrecido: la multitud lleva piedras, palos y banderas. En una primera instancia, cuando Superman se involucra en el conflicto a favor de Jarhanpur, se lo acusa de entrar ilegalmente a un país (Boravia) y no consultar con el gobierno de Estados Unidos ni con Vasil Ghurkos (una imitación bastante despectiva de Benjamin Netanyahu). Además, Lois Lane (Rachel Brosnahan) le critica a Superman que Jarhanpur no es "inocente" y que sus acciones podrían causar que se “reemplace un régimen tiránico por otro". Esto representa la propaganda zionista que se utiliza para villanizar al pueblo palestino y justificar la limpieza étnica: “Odián a las mujeres”, “ejecutan a personas LGBTQ”, “votaron por Hamás”, “son antisemitas”. Sin embargo, como bien justifica Superman, no necesitan ser inocentes para merecer salvación; la película combate el estándar imposible que se les impone para que sean la víctima perfecta.
Al igual que en la realidad, el gobierno de los Estados Unidos tiene una fuerte alianza y apoya las acciones de Boravia. Otro agente involucrado es Lex Luthor (Nicholas Hoult), que parece ser la representación ficticia de Elon Musk. James Gunn trae de nuevo la versión realmente malvada de Luthor, donde la audiencia no necesita que le digan que “es malo”, sino que quedan propiamente horrorizados con las acciones del personaje. Asimismo, el personaje asemeja una personificación del magnate tecnológico. Además de tener una relación cercana con el poder ejecutivo de los Estados Unidos y afines, Luthor representa los ideales de Musk respecto al conflicto Israel-Palestina. Provee armas y financiamiento para el Estado de Boravia, y sus planes a futuro incluyen la reconstrucción del territorio de Jarhanpur sin aquellos indígenas al territorio.
A través de Luthor, Gunn trae a la mesa el rol de las redes sociales en la manipulación de información y el fomento del odio en la actualidad. En un mundo incrementalmente polarizado, donde el anonimato de internet provee a muchos una valentía adicional que no tienen en la vida real, el odio prolifera más fácil que nunca. Los comentarios negativos, las campañas de difamación y las amenazas en redes son algunos ejemplos del daño que se puede generar a través de una pantalla. La película representa a aquellos que reparten odio en redes por el simple hecho de odiar como monos impensantes manipulados por un ser mayor: Luthor (Musk).
Asimismo, la difusión de información falsa es un punto clave en la película. El video que le dejan Jor-El y Lara Lor-Van, padres de Clark, a su hijo genera controversia cuando es difundido por Luthor. Superman nunca había visto el mensaje completo, creía que su misión en la tierra era ayudarla a prosperar y proteger a todos aquellos que vivieran allí. Sin embargo, Luthor difunde una versión no dañada por el viaje desde Krypton a la tierra, donde el verdadero mensaje de sus padres lo alienta a tomar control tiránico de la raza humana. De esta forma, comienza una campaña de difamación contra Superman, donde rápidamente se lo acusa de tirano pocos segundos después de idolatrarlo por salvar Metrópolis. Gunn demuestra el poder de la desinformación y la amenaza que representa la fe ciega depositada en figuras de poder. La ciudad fanática de Superman lo convierte en persona non grata a partir de lo que incita Lex Luthor sin pensarlo dos veces.
Finalmente, la película representa al periodismo como herramienta clave para la democracia. Si bien el Daily Planet y el trabajo de Clark Kent y Lois Lane como reporteros aparece en todas las versiones de Superman, pocas veces es representado de forma tan valiosa. “Hoy en día, cuando los periodistas están especialmente bajo ataque por personas de todo el espectro político que no quieren que informen sobre lo que es, sino sobre lo que ellos quieren que sea la verdad, estoy agradecido por esas personas", dice Gunn. “Creo que todas esas cosas son realmente importantes para mí en la vida real, y por eso es importante representar esas cosas de manera positiva en las películas”.
De esta forma, Superman (2025) alumbra un futuro prometedor para el universo cinematográfico de DC, pero también para las audiencias. La versión de Gunn que recobra el valor del periodismo, denuncia los discursos de odio y encuentra valor incluso en la más ínfima de las vidas es la mitad del vaso lleno de una época polarizada y llena de resentimiento. Demuestra que incluso a pesar de su clara superioridad física comparado al resto del planeta, a Superman nunca se le cruzó por la cabeza hacer algo que no fuera ayudar, y deja en claro la bondad inherente de las personas que le fue inculcada por los Kent.
Superman representa la verdad, la justicia y el camino humano.
Que el conocimiento no se extinga.